La injusticia que se trata de silenciar
Quiero proponer al lector un simple ejercicio de abstracción mental, vamos a suponer que su familia y usted están sometidos por años a un cruel bloqueo que trata, sobre todo, de que ustedes no puedan vender ni comprar mercancías, alimentos y medicinas, bloqueo que tiene como objetivo declarado de sus responsables, el de crearle una difícil situación de vida y que usted y su familia se sientan mal y sufran permanentemente. Súmele a esa situación el hecho de que usted y su familia sean víctimas continuas de agresiones de todo tipo: traten de destruir su casa mediante bombas y acciones violentas, traten de matarlo a usted como cabeza de esa familia, le envenenen la tierra donde siembran, los animales que cría, le introduzcan enfermedades para que mueran sus hijos, persigan y sancionen a las personas que tratan de ayudarlo; y para colmo de males, lo culpan a usted de todos los problemas que presenta con su familia en su casa. Si el lector está en condiciones humanas de imaginarse esta terrible situación, entonces comprenderá, como comprendemos los cubanos, la realidad en que ha vivido nuestro pueblo en los últimos 52 años, gracias a la labor del Gobierno de los Estados Unidos, de sus agencias secretas y de organizaciones terroristas y anticubanas que actúan libremente en el territorio de ese país.
Si seguimos con el ejercicio de abstracción que le he propuesto, tendrá que llegar a la conclusión de que usted y su familia tienen necesidad de defenderse, de buscar vías y formas de salir del cerco al que está sometido, porque usted y su familia quieren vivir a su modo, no al modo que le impongan desde fuera. Créame que una de las formas más eficaces de defenderse de tanta agresión y asedio es conociendo de antemano lo que le están preparando, la forma en que lo van a tratar de agredir y defenderse adecuadamente, si el lector comprende esta otra idea, estará en condiciones de entender por qué Cuba ha tendido la necesidad de sembrar agentes secretos en las organizaciones terroristas anticubanas que desde 1959 actúan impunemente en el territorio de los Estados Unidos y otros países del área.
La historia de agresiones de todo tipo contra Cuba es extensa: bombas en centros comerciales, bombardeos, quema de sembrados, introducción de enfermedades como la “fiebre porcina”, el “dengue hemorrágico” que cobró decenas de vidas, enfermedades a las plantas sobre todo al café, el tabaco y la caña de azúcar; voladura de un avión de pasajeros en pleno vuelo, secuestro de embarcaciones y aviones, secuestro y asesinato de diplomáticos, fomento de bandas de asesinos y bandidos que cometían todo tipo de desmanes, agresión militar directa, bombas en instalaciones hoteleras y otros centros turísticos, invasión a nuestro espacio radioelectrónico con emisoras de radio y TV subversivas, sobrevuelos provocadores de avionetas en la capital del país regando propaganda y octavillas contrarrevolucionarias. Todas estas agresiones están debidamente documentadas, probadas y denunciadas; la mayoría están públicamente reconocidas por sus actores, que cuentan en Miami y otras regiones de los EUA con emisoras y cadenas de TV donde se jactan de lo que hacen, y reciben tratamiento de “héroes de la libertad”.
¿Cómo un país pequeño como Cuba puede defenderse de estas agresiones que amenazan la vida social y económica del país? ¿Cómo proteger a sus ciudadanos? ¿Cómo proteger a sus líderes y a sus diplomáticos? ¿Cómo salvaguardar sus inversiones, su capital, su economía de país subdesarrollado? ¿Cómo defenderse de un terrorismo feroz de organizaciones financiadas y protegidas por la más grande potencia económica y militar que ha existido jamás? Cuba, como cualquier país del mundo en esa situación, ha tenido la necesidad de “penetrar” con agentes las organizaciones terroristas que actúan contra nuestro país. El trabajo abnegado de estas personas ha evitado cientos de acciones contra ciudadanos e instalaciones económicas y sociales cubanas y de amigos de Cuba, ha evitado cientos de atentados contra la vida de nuestro líder Fidel Castro y de otros dirigentes de la Revolución. No es difícil darse cuenta que si un agente enfrenta las acciones de estos grupos terroristas, entonces es un luchador antiterrorista.
En 1998 el Gobierno Cubano tenía informaciones, procedentes de estos luchadores antiterroristas, de que se produciría un incremento de las acciones terroristas contra Cuba, que incluía el secuestro y la voladura de aviones civiles. Como es lógico se alertó al FBI sobre esta situación, no sólo porque estos grupos terroristas actuaban en el territorio de los EUA, sino porque ciudadanos de ese país también serían víctimas de estas acciones. ¿Qué hizo el FBI en medio de la supuesta lucha contra el terrorismo que preconizaba su presidente G.W. Bush?. Prácticamente no molestó a los terroristas denunciados, pero sí se ocupó de buscar la fuente de donde el Gobierno Cubano había obtenido la información, fueron detenidos los heroicos agentes, luchadores antiterroristas que buscaban la importante información para Cuba y su pueblo.
El próximo 12 de septiembre, se cumplirán 12 años de esa detención. Hay cinco cubanos presos desde esa fecha, condenados injustamente en un proceso judicial plagado por las numerosas violaciones, han sido castigados deliberadamente en sus cárceles, se les ha negado la visita de sus familiares cercanos, hay dos de ellos que no han podido ver a sus esposas nunca más. Lo más triste, lo que más indigna es que este caso ha sido siempre silenciado por los grandes medios de prensa, los nombre de Gerardo Hernández Nordelo, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert, lo conocen muy pocas personas dentro de los Estados Unidos, como se puso de manifiesto recientemente en el Foro Social de Detroit. Es la gran injusticia que se trata de silenciar.
Afortunadamente hay muchas personas justas en el mundo, que cuando conocen este caso se solidarizan y presionan de diversas maneras para que se haga justicia. Un ejemplo de ellos es Gloria La Riva, Coordinadora del Comité Nacional de EE.UU. que ha manifestado en reiteradas ocasiones su entrega incondicional a la causa de la liberación de los Cinco, y asegura que hay mucha gente en el país norteño que cree en la justicia y apoya activamente a los héroes cubanos. Ella sostiene que Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, fueron sentenciados a severas penas en 2001 pero son hombres que hicieron algo que realmente merece respaldo. Destaca que ellos sacrificaron sus vidas personales para defender a su pueblo y a quien sea que fuera posible víctima del terrorismo, y estima por ello que nunca debieron estar en prisión.
Gracias a la labor de estas personas y de estas organizaciones, Gerardo Hernández fue liberado el 3 de agosto pasado, de un castigo al que estaba sometido injustamente desde el 21 de julio. Cuestión que fue denunciada por la Asamblea Nacional del Poder Popular y por varias personalidades y organizaciones del mundo; este castigo es una muestra más de la injusticia y la tortura sutil y real a la que están sometidos nuestros cinco hermanos.
Se impone para todas las personas de bien, generosas y justas del mundo, conocer del caso de los Cinco de Cuba, los Cinco de Miami o los Cinco Héroes cubanos; y hacer lo que esté a su alcance para que se haga justicia. La decisión de la Corte Suprema de no revisar el caso, como lo estaba solicitando la defensa de los Cinco, el camino legal está casi cerrado; ahora se impone la presión sobre la administración de Barak Obama y que el Presidente “Premio Nobel de la Paz”, los indulte y haga por fin justicia.
Raimundo Rivero Hernández
ICAP Ciego de Ávila
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