Cuba: La fuerza de la voluntad

Por: Luis López Quintana

La palabra solidaridad parece recobrar valores en la medida que su práctica se hace cotidiana.

Es indudable la lealtad que encierra la decisión del pueblo holguinero de realizar el octavo encuentro por los Cinco y contra el terrorismo, a pesar de las heridas causadas en el territorio por el huracán Sandy.

El evento dará inicio el próximo día veintiocho, auspiciado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

Más de trescientos participantes solidarios con la causa de Cuba transformarán la sede en un centro de denuncia internacional de injusticias, a la vez que revelará el apoyo que reciben los terroristas por parte de Estados Unidos.

En la ciudad de los parques, o quizá ciudad de la solidaridad, se discutirán nuevas iniciativas para lograr un objetivo: el regreso de los CINCO.

UN MURO CONTRA LA VERDAD.

El silencio para encubrir la injusticia es la razón por la que hemos estado en prisión tantos años, dijo Antonio Guerrero, uno de los Cinco. Incansable ha sido la labor de los familiares de los héroes cubanos para difundir la verdad por el mundo, como progresivas las acciones solidarias, aunque aún insuficientes.

En un encuentro en la Universidad de Howard, el doctor Aderson Francois, director de la Clínica de la Facultad de Derecho de Derechos Civiles, consideró que el juicio de los Cinco es uno de los casos de derechos civiles más importantes que Estados Unidos tiene que resolver.

MARA VERHEYDEN-HILLIARD, directora ejecutiva de la Asociación para la Justicia Civil, calificó como operación encubierta el pago a periodistas en Miami para escribir contra los héroes cubanos. En Estados Unidos el silencio no es ya tan silencioso. 

EL TIEMPO PASA.

Para Irmita, la hija de René González, uno de los Cinco, el haber hecho abuelo a su papá es la mejor demostración de cómo transcurre el tiempo.

Aquella niña asustada que vio una madrugada ante sí hombres armados y gritando que sacaban de la casa por la fuerza a su padre, ahora es mamá de Ignacio René.

Antonio Guerrero ayer sábado se convirtió en suegro. Ramón Labañino no pudo ver a su hija votar en las elecciones por primera vez. Gerardo y Fernando añoran tener descendencia con sus parejas y el tiempo se acaba, como afirma la octagenaria madre de Tony, a quien nunca le falta la esperanza que genera su voluntad.

Urge entonces el coloquio para apresurar la libertad de los que no deben estar encarcelados. Porque la justicia tarda, los años transcurren y los Cinco resisten.