Pasión y desventuras en Cayo Coco

Por José Luis Martínez Alejo, con fotos del autor

Bondades de Natura, iniciativas y disfrute, pero le falta a este Verano por más lo que ya tenía una instalación de Campismo Popular

La belleza del paisaje insular y el esmero de los 36 trabajadores que prefieren estar con los huéspedes juntos por naturaleza, hacen más atractivas las actividades de verano en el Campismo de Cayo Coco, potenciadas con las fascinantes playas del norte de la provincia de Ciego de Ávila.

Tantas opciones ofrece el colectivo de la instalación que "vendidas están todas las reservaciones para las 68 cabañas, de cuatro capacidades cada una, hasta el fin de la temporada vacacional el 15 de septiembre", destaca Yusimí Ramírez Pita, recepcionista hotelera.

La certeza de tal afirmación se corrobora con la presencia de más de 38 000 personas hospedadas de enero a la fecha y otras 1 534 mediante la modalidad de excursión por un día, cuya oportunidad esta última incluye merienda, almuerzo y transportación a $43,50 per cápita en moneda nacional.

Esos excursionistas también disfrutan de las ofertas gastronómicas en la cafetería y de las actividades recreativas programadas por el grupo de animación, encabezado por Isván Caballero Pérez. En tanto, los alojados se deleitan  hasta entrada o pasada la medianoche, con el espectáculo de cierre de cada jornada.

¿VERANO POR MÁS?
Desde que las cabañas eran de cartón de bagazo sus paredes y el techo de tejas de fibrocemento, ya andaba con la mochila a cuesta el avileño Juan Carlos Hernández y su familia. "Hace tiempo las habitaciones y los demás locales son de mampostería con el apoyo de mucha gente, yo ayudé a replantear el salón de actividades", comenta el albañil.

"Eso sí, el año pasado estuvieron mejor las cabañas", añade Juan Carlos y ejemplifica: "Tenían televisor, minibar y equipo de aire acondicionado, solo queda este último y el mío se congela, ahorita cuando regrese de la playa tengo que destupir el baño." Tal opinión contrasta con la de Luccienne Fajardo Ordóñez, ama de casa residente en La Habana: "Estoy en la número 6 y lo que hay funciona bien."

"Esos medios deben volver, sino de cuál verano por más estamos hablando", enfatiza Roberto Sosa Estrada, vanguardia del sector azucarero. "Antes en cada habitación teníamos agua fría, ahora todo el mundo va al restaurante, no da a abasto el líquido; sin embargo, la comida está bien elaborada, y en la cafetería hay una variada oferta", dice Yulieska Gómez Medina, trabajadora de Salud Pública.

RESPUESTAS DE LA DIRECCIÓN

"La mayor preocupación de los vacacionistas está relacionada con el clima, los equipos llevan varios años de explotación y han sido afectados por el salitre, pero les damos mantenimiento y buscamos soluciones", explica Julio Enrique González Guedes, director del Campismo de Cayo Coco.

─Ha mermado el confort en el hospedaje por la ausencia de los televisores y los minibares que facilitaban el agua fría y la conservación de alimentos traídos de casa o adquiridos aquí por los clientes, ¿cuál es la causa?

—Era un préstamo del hotel Meliá Cayo Coco, se prevé que próximamente retornen los 70 minibares, el objetivo es que se los vendan a nuestra empresa como medios básicos.

"Otro asunto pendiente es lograr variedad en el menú del restaurante, faltan las ensaladas. También constituyen una inquietud los mosquitos, no obstante, la brigada de EMPRESTUR cumple las acciones de fumigación, por lo que en julio no fue un gran problema la presencia del vector."

—Una de las fortalezas del colectivo es la batalla por la protección del medio ambiente:

—La pasarela entre las instalaciones y la playa preserva la duna y hemos colocado cestos para los desechos sólidos, entre otras medidas, declara Rafael de la Paz López, subdirector general, quien recomienda a la población no llevar hornillas al centro recreativo, pues eso incrementa la demanda de electricidad y disminuye la eficiencia de los aires acondicionados.

Natura ofrece sus bondades, el colectivo laboral la pasión, y los campistas el disfrute; le debe sobrar perseverancia a la dirección de la Empresa Provincial de Campismo en Ciego y de Ávila y mayor apoyo del Ministerio de Turismo, no solo para hacer cada vez más atrayentes las ofertas, sino para devolverle la comodidad habitacional que ya tenía la familia cubana en Cayo Coco, su única opción veraniega accesible con alojamiento.