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Compartir el destino y la vida

Compartir el destino y la vida

Por Iraida Ma. Hernández Prado

Fernando, René, Gerardo, Antonio y Ramón son seres humanos dignos, sencillos, cariñosos, leales, alegres, que, generosamente, fueron capaces de anteponer el deber con la Patria a su propia felicidad personal.

Por su hidalguía y valor, el pueblo de Cuba los reconoce como Héroes, y batalla sin descanso junto a muchos amigos en el mundo, para que la justicia se imponga y nuestros compatriotas sean liberados.

Ellos, como personas sensibles y llenas de ternura, sufren la distancia que los separa de sus seres queridos y de su pueblo, no poder tener a su lado y acariciar a la madre, la esposa, los hermanos,...

Venciendo todos los obstáculos y limitaciones, les llegan cotidianamente las palabras de aliento y confianza en el futuro. Por ejemplo, el 30 de junio de 2002, hace ya 10 años, Rosa Aurora le escribe a Fernando:

"(...) Yo estoy bien de salud y de ánimo, un poquito más alterada que lo habitual, pero sé que tú lo comprendes y que sabes que puedo manejarlo, aunque realmente he tenido emociones bien fuertes en estos días (...), pero no te preocupes que yo sé que nos sentaremos a contarnos todo esto frente al mar y serán nuestros recuerdos y las historias que tendremos que intercambiar a tu regreso.

"(...) no te limites en hacerme saber todo sobre ti y no dejes de darme detalles que sean dolorosos (...) yo sé que lo haces para evitarme sufrimientos, pero no te preocupes, si bien es verdad que he tenido momentos de angustia y dolor por esta separación, he pensado después en lo necesario de tu presencia allí para el bien de todos y te repito de nuevo que el orgullo que siento me hace darle gracias a la vida, que me permite compartir mi destino junto al hombre especial que tú eres."

Fernando también le transmite sus sentimientos a la esposa adorada: "Rosa, hay en ti esa heroicidad anónima, esa comprensión sin palabras, esa entrega incondicional a la causa que son dignas de admiración y por lo cual me siento orgulloso de contar con tu compañía. Son virtudes que tienes que, entre otras, fueron las que me hicieron distinguirte a ti, acercarme y quererte como nunca he querido a nadie. Con un amor maduro, con una conciencia de futuro y con un deseo inagotable de compartir el resto de mi vida contigo."

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