Irma, enfermera avileña llena de amor
Por: Iván Paz Nogueira
Al celebrar este sábado el Día Internacional de la Enfermería, la avileña Irma Alfaro González ratifica su orgullo y amor por esa profesión que ejerce hace cuarenta años, especialmente desde la docencia.
Me inicié como auxiliar, en 1961, en la sala de lactante del hospital Antonio Luaces Iraola, luego transité por otras salas para incorporarme después a la docencia, confiesa esta mujer, quien también es madre y abuela.
Alfabetizadora, recogedora de café, y sobre todo maestra, son etapas de la vida que han marcado a Irma Alfaro González, quien recuerda, además, el cumplimiento de una misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela.
Con varios reconocimientos, esta avileña vive para trabajar y enseñar, y participa, junto a sus muchachos, en las clases prácticas de enfermería, una profesión que siente con la misma pasión del primer día.
Amor por la profesión.
La avileña Irma Alfaro González expresa que para ser un buen enfermero o enfermera es preciso amar ese trabajo y condolerse del dolor de los demás, como si fuera la propia familia.
Hay que ser humanista, conciente y responsable y, en mi caso, aplicar los valores de la medicina a los estudiantes, revela la profesora de la Universidad de Ciencias Médicas José Assef Yara, de la provincia de Ciego de Ávila.
Con su uniforme impecable y el amor de siempre, Irma Alfaro González declara que le gusta las actividades prácticas, y sí dejara la docencia, retomaría la prestación de servicios en enfermería, una profesión llena de encantos.
No importa donde trabaje, pero hágalo con amor, expresa esta avileña que ya lleva cuarenta años curando y enseñando, con el privilegio de sentirse querida por varias generaciones de enfermeros.
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